En este dúplex ubicado en la zona alta de Sant Feliu, los propietarios buscan crear un espacio abierto y luminoso. Para ello se crea un área totalmente diáfana, donde el elemento principal es la escalera que divide el comedor de la sala de estar.
El objetivo es separar dos funciones que, al mismo tiempo, están conectadas de manera visual en el mismo espacio. El color característico de esta casa es el blanco, por lo que se define como una vivienda fresca y acogedora. La neutra selección de materiales naturales permite jugar con diferentes elementos de distintos colores y tejidos.
Se introduce una selección cálida de iluminación con un nivel decorativo importante. Se busca la simplicidad y el minimalismo en el mobiliario, incorporando piezas de diseño con líneas sencillas y fáciles de combinar. El toque de color se refleja en la habitación infantil, añadiendo pinceladas del color favorito del más pequeño de la casa.
La terraza mantiene el mismo diálogo que en el interior del ático, se opta por una elección de tonos blancos y madera como principal material. La incorporación de textiles exteriores, crea una atmósfera acogedora que completa el espacio junto con el resto de elementos.
En este dúplex ubicado en la zona alta de Sant Feliu, los propietarios buscan crear un espacio abierto y luminoso. Para ello se crea un área totalmente diáfana, donde el elemento principal es la escalera que divide el comedor de la sala de estar.
El objetivo es separar dos funciones que, al mismo tiempo, están conectadas de manera visual en el mismo espacio. El color característico de esta casa es el blanco, por lo que se define como una vivienda fresca y acogedora. La neutra selección de materiales naturales permite jugar con diferentes elementos de distintos colores y tejidos.
Se introduce una selección cálida de iluminación con un nivel decorativo importante. Se busca la simplicidad y el minimalismo en el mobiliario, incorporando piezas de diseño con líneas sencillas y fáciles de combinar. El toque de color se refleja en la habitación infantil, añadiendo pinceladas del color favorito del más pequeño de la casa.
La terraza mantiene el mismo diálogo que en el interior del ático, se opta por una elección de tonos blancos y madera como principal material. La incorporación de textiles exteriores, crea una atmósfera acogedora que completa el espacio junto con el resto de elementos.