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¿Qué diferencia hay entre un Interiorista y un Decorador?
¿Qué diferencia hay entre un Interiorista y un Decorador? Esta es una pregunta muy común en la mayoría de Clientes que nos contactan. Mucha gente no conoce las diferentes funciones que desempeñan estos dos perfiles profesionales. Si tú tampoco lo sabes, ¡sigue leyendo!
Empezaremos adelantándote que ambas figuras son esenciales para crear espacios únicos, son complementarias. En algunas ocasiones, el interiorista es también decorador e, incluso, estilista. Comenzaremos a contarte su explicación siguiendo el orden con el que ejecutaríamos un proyecto.
El Interiorista busca la mejor solución para sacarle el máximo partido a cada estancia de tu vivienda. Interviene en el momento que un Cliente necesita una renovación integral o parcial de su vivienda, es decir, un cambio en la distribución de los espacios, renovación de materiales, elección de acabados y, lo más importante, la adaptación del inmueble a sus necesidades. Por ello, inicialmente, siempre se debe comenzar realizando el programa de necesidades de los Propietarios para poder empezar a crear y diseñar. Sobre el plano, se reajusta cada una de las habitaciones según su uso o función a la vez que se hace un estudio de las instalaciones. Conforme se van reajustando los espacios, se deben redistribuir todas las instalaciones para asegurar la funcionalidad de cada área. Se pueden realizar pequeñas o grandes intervenciones de obra, que permitirán adaptar el espacio según el programa inicial.
Una vez reestructurados todos los espacios, el Interiorista se dispone a concretar los nuevos materiales, los puntos de iluminación, diseño de la cocina y de los baños, elige los acabados, selecciona la pintura y/o los papeles decorativos, entre otros; obteniendo las soluciones más prácticas y que se ajusten al estilo y estética requerida por los Clientes.
Una vez terminado todo el trabajo de interiorismo, entra la figura del Decorador (o el mismo Interiorista comienza el proyecto de decoración) para seleccionar todo el mobiliario y la iluminación decorativa de toda la vivienda. Esta fase está destinada a dar una nueva imagen estética y un estilo propio a cada estancia. En base a la distribución de interiorismo, se estudia cada espacio para hacer una selección de muebles, luminarias y textiles que saque todo el potencial de la vivienda. Si se requiere por parte de los Clientes, se puede llegar a realizar el estilismo de la vivienda, seleccionando todos los accesorios y complementos decorativos al detalle.
Nos encontramos veces que, por mucho que cambiemos la decoración, el problema se centra más a nivel de interiorismo; y, en otras ocasiones, que existe una buena distribución de las estancias pero no está acompañado de un buen proyecto de decoración que exprima al máximo el potencial de cada espacio. Por todo ello, hay que recalcar la importancia de estos dos perfiles a la hora de realizar un proyecto de diez.
Esperamos que hayas acabado este artículo comprendiendo la diferencia entre un Interiorista y un Decorador, ¡te esperamos en el próximo artículo donde os resolvemos otra de las preguntas más realizadas!