La decoración es el complemento de un buen Interiorismo. En esta fase se definen los colores, textiles, mobiliario, luz decorativa y todos aquellos elementos que acaban vistiendo y dotando de personalidad los espacios.
Se fusiona el estilo de los Clientes con la esencia original de los espacios, consiguiendo atmósferas acogedoras y ambientes cálidos. Además, se introduce la tecnología más avanzada que queda totalmente integrada en el entorno.